Los tatuajes son prácticas antiguas que con el tiempo han ganado popularidad, pero ¿qué tal si se usaran para el cuidado de la salud? Si te dicen que velarán por ella quizás te parezca un chiste pero no lo es. El nanotecnólogo Carlos Bruns pone sobre la mesa el uso de tatuajes tecnológicos para la detección de agentes que afectan nuestra salud.
Cabe destacar que la nanotecnología se encarga del diseño y la manipulación de la materia a través de átomos para distintos fines. En este caso, Bruns está realizando estudios con los que espera que los tatuajes se conviertan en detectores de enfermedades o en ayuda en situaciones médicas.
La tinta de los tatuajes está hecha de hollín, y Bruns observó que cada marca en la piel está formada por diminutas partículas o átomos. Cada una de ellas queda atrapada en la dermis de la piel, por lo que propone intercambiarlas por otras que tengan un efecto importante. Al actualizar las partículas, se puede hacer que los tatuajes cambien de apariencia sobre la piel.
Entre sus investigaciones, Bruns ha ejecutado una con la que la luz ultravioleta, no visible para el ojo humano, se pueda apreciar. Eso a través de la coloración de un tatuaje, que solo se vería cuando se esté en presencia de esa luz. De esa manera se podría prevenir el riesgo de padecer cáncer en la piel. Ya que cada vez que aparece el tatuaje, es un indicativo de que la persona se debe aplicar protector solar. Por lo tanto, el tattoo ayudaría a la protección dérmica.
También se podrían crear una serie de tatuajes que muestren los grados de temperatura que ponen en riesgo la salud. Esto liberaría a la persona de tener que usar un termómetro, porque tendría uno disponible en su piel las 24 horas del día.
Incluso los tatuajes podrían servir para dar energía a un implante biomédico electrónico como un marcapasos. De esa manera, el individuo no tendría que someterse a cirugía cada 5 o 10 años para reemplazar la batería del implante.